viernes, 23 de octubre de 2009

Predicción de vida

Aun que quisiera, no recuerdo el día que me paso una de las experiencias más maravillosas de mi vida, cuando predije la vida, cuando sentí lo que es conocer lo desconocido y cuando supe que se puede amar sin ver y sentir sin conocer, me di cuenta que para amar basta solo sentir.
Fue un fin de semana normal, como cualquier otro que se vive en mi hogar, mis padres, mis hermanos y mis sobrinos platicando y riendo por doquier, no falta la discusión y los lloridos de mis sobrinos, uno que otro serio que no quiere hablar y dos o tres que van con mis padres por un buen consejo.
Llego la hora de la comida, mi madre y mi cuñada Brenda se adelantan en la cocina para preparar los alimentos, nada fuera del otro mundo un guisado y una pasta, y con un poco de ingenio un postre con el que mi madre pretendía deleitar nuestro paladar. Aquí empieza todo.
Mi cuñada Brenda: “¿vale me siento un poco cansada pero no sé por qué, creo que traigo la presión baja?” le comenta a mi mama
Mi madre valentina: “¿tal vez tengas hambre, démonos prisa para comer y después te daré alguna pastilla?”
Yo, Iván: “¿Mmm... pues sabes que pienso?”
Mi cuñada Brenda: “¿Qué?”
Yo, Iván: “sabes creo que estas embarazada”
Acto seguido mis hermanos John y May entran a la cocina junto con mi padre y mis sobrinos. – al escuchar lo que dije todos se echan a reír, es entonces cuando una necesidad profunda de tocar el vientre de Brenda me invade, sin pensarlo dos veces llevo mi mano a su plexo lunar y plasmo la palma de mi mano delicadamente en su vientre.
Me transporte, Salí de mi hogar, ese día en ese momento conocí el origen de la vida, es algo que no puedo explicar, algo que la euforia me impide definir como quisiera, en estos mismos momentos una alegría de me invade, una alegría originada de las memorias de ese hermoso recuerdo, ese día conocí antes que nadie a mi sobrino, primero que todos, incluso que su propia madre.
Al día siguiente a las 2:17am mi hermano habla llorando a mi madre para confirmarle el embarazo de Brenda.

Gracias dios por tan bella experiencia!
Joel Iván Niño Astello

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